La Teoría del Autor en Ficciones Audiovisuales


    
Este escrito propone crear una comparativa entre los distintos puntos de vista que surgen a raíz de la política de autores o más bien la teoría del autor. Esta teoría consistía en seleccionar un elemento artístico de un director de cine y asumir que este progresa de un filme hacia otro. Por otro lado, existen fuentes enfocadas más en el estructuralismo que determinan lo contrario, que un filme no define la carrera artística de un director y que este no debe estar atado a dicho concepto. Ambas perspectivas intentan explicar la relación artística de un director y su relación, o falta de, a sus diversas obras. 

    Mediante la política de autores, que surgió a mediados de los años cincuenta, diversos críticos asignaban el nombramiento de autor o artista a distintos directores de cine, lo cual cataloga sus creaciones como obras de arte. De este modo se glorificaba hasta cierto punto la persona con el rol de director, a diferencia del equipo de trabajo cinematográfico. Al esto suceder, el filme pasaba a convertirse en la autobiografía del director, creando así una organización del cine basada en las carreras de los distintos directores. Este escenario era reforzado con la creación de más obras debido a que la teoría del autor se enfoca en seleccionar un elemento particular y personal del autor como punto de referencia, el cual luego progresaba de un filme hacia el próximo. Esta era considerada la huella del autor, eso que lo distinguía del resto como artista, y que propiciaba un progreso en la carrera profesional de este.

    La segunda aseveración está enfocada más bien en el estructuralismo y el reforzar la validez del autor, desprendiéndose de posturas previas. Esta teoría surge luego del desfavorecimiento de la teoría de autor por otros críticos. Debido a que el autor, o director, tenía esta huella marcada por su trabajo previo, filmes posteriores de su autoría eran manchados por el estigma de sus creaciones anteriores. Por consecuencia, buenos filmes carecían de su propia identidad, mientras que malos filmes eran aclamados como buenos por solo ser producidos por un mencionado artista. Esta teoría eventualmente pasó a crear una sobrevaloración de distintos filmes basado en la persona del director y no en la calidad del trabajo actual, en ocasiones referido como hasta fanatismo. Esto crea en sí un problema ya que los subsiguientes filmes carecían de originalidad o identidad propia debido al gran empeño de cada director, proclamado artista, en mantener y demostrar la validez de su marca.

    Mediante el enfoque estructuralista, el criterio para la crítica de cualquier obra era basado en la aparición de estructuras comunes, contrario a el enfoque de la teoría del autor que tomaba más en cuenta la personalidad de dicha persona. Este acercamiento pasa a ser uno de naturaleza más objetiva y certera, asignando valor e individualidad a cada filme. El progreso de la crítica con respecto a la autoría cinematográfica aún cuenta con estigmas de la original versión de la teoría de autor, pero ahora puede ser analizada con ojos desprendidos de marcas o huellas que caractericen filmes previos de manos del mismo artista. Varios aspectos con esta teoría aún quedan por descifrar, como lo es el reconocimiento de un director como único artista versus el equipo el cual contribuye de forma consistente en la creación de la obra, pero lo cierto es que la crítica debe ser vista desde un lente objetivo, enfatizando sólo lo propio de dicha obra.


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